Así llegó a casa este pequeñín, en febrero de 2010. Vemos ambos perfiles.
Nada más llegar, lo dejamos tranquilito y no le hicimos nada para dejar que se aclimatara y ver qué tal brotaba. Salvo excepciones en la que no tienes más remedio por el estado en que te encuentras el sustrato, generalmente suelo dejar los arbolitos tranquilos que se aclimaten el primer año, tiempo habrá de darle matraca....
Llegado el momento y viendo que todo iba bien, procedí con el primer modelado y el primer trasplante en febrero de 2011, justo un año después. De momento, opté por un estilo moyogi informal, que parecía más lógico. Podéis apreciar que el sustrato ya no aguantaría mucho más.
Y esas famosas micorrizas...
El sustrato empleado fue una mezcla de kiryu y akadama. Y así se quedó.
Como parecía un poco insulso, optamos por darle un poco de movimiento y en el siguiente trabajo se cambió a un inclinado, por darle un toque diferente, más que nada. Eso ha sido en diciembre de 2012.
Y finalmente....ha ascendido a shohin!!!
Las razones eran dos, por una parte, me costaba mucho trabajo mantener ese pequeñín en una maceta tan chiquita, creedme que en Córdoba esto es tarea difícil donde las haya. Por eso he optado por pasarlo a una kuramita mayor, que mi hijo escogió también para él en ese momento en que tomaba sus propias decisiones sobre sus árboles. Esta es por tanto, la segunda razón por la que su mami ha decidido respetar ese criterio y darle gusto a su exdueño, aunque ya ni lo escuche.....
Antes de empezar...
Kuramita....
Ya trasplantado...
Y finalmente, en su hábitat natural....
Saludos
May Martínez
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