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jueves, 5 de diciembre de 2013

Serissa Phoetida

Por mi propia experiencia, he llegado a la conclusión de que las serissas tienen muy mala fama pero no son difíciles de mantener, con unos mínimos cuidados. Después de cinco años sin matar a la mía, ahora lo veo un poco más claro.

Sí aconsejaría, no obstante,  no iniciarse en el mundo del bonsái con ellas, pues ciertamente te dolerá la cabeza. De hecho, esto fue lo que me pasó a mí. Mi hermana me regaló una bonita serissa con toda su buena intención y que no creo que me durase más de 2 meses.....lo cual me traumatizó bastante. 

Un día viéndolas en el Carrefour, me propuse comprarme una de ellas para tratar de hacerme con su cultivo, pues ciertamente, cuando están en floración son espectaculares, además de por aquello del amor propio.

De los dos primeros años tras su compra, no tengo fotos, imagino que no apostaba mucho por ella, jeje...no, es broma, es que tuve un accidente informático y murieron conjuntamente con mi portátil.

Fue adquirida en septiembre de 2007 y la aguanté viva hasta primavera, cuando la trasplanté. Ese es el gran problema de los árboles comerciales, el pésimo sustrato que traen, que las condenan a la muerte sin oportunidad alguna.

La primera foto que tengo es esta, ya trasplantada y como veis con un buen vigor. Os recuerdo que aquí ya llevo casi dos años con ella, se puede decir que más o menos había pasado el peligro. Y yo, a estas alturas, ya tengo claras un par de cosas: que no le gusta el frío ni el calor intenso y que detesta las corrientes de aire y que la muevas de su sitio, jeje tienen una fuerte personalidad....


Estas raíces, no me terminaban de gustar, de momento se quedan, pero me lo voy pensando...


El estilo escogido para ella, ha sido una escobita desde el principio y aún sigue así. Aquí la trasplanté por segunda vez en abril de 2009 y la puse en akadama 100%, lo cual le gustó bastante, fijaros el tironcillo que pegó.



Después de un par de añitos más volví a trasplantarla a una maceta algo mayor y como me temía, las raíces aéreas fueron eliminadas.


Y ahora, los cuidados básicos y la compensación: esas florecillas blancas que le han dado el sobrenombre a este árbol como el "árbol de las mil estrellas"




Nos plantamos ya en abril de 2013. El sustrato me estaba pidiendo un cambio, por lo que ha sido trasplantada por tercera vez. Esta vez he añadido un poco de pómice (20%) a la akadama, para facilitar el drenaje y evitar que la akadama se dregrade antes. 

Previamente, la trabajé un poco pues aunque le había estado dando los cuidados básicos, lo que se dice trabajarla regladamente, nunca lo había hecho y eso hacía que algunas zonas internas estuviesen secas por falta de luz. Además de cruces y más cruces de ramas, completamente antirreglamentario...

Este año se queda en esa maceta, más adelante le buscaremos algo más mono, ya se lo va mereciendo, la pobre.




Aclaré entonces y dejé ver mejor la estructura del árbol, que así se encontraba muy oculta y hecha una pelota. Creo que dejar ver la ramificación ha sido un acierto, le da un toque más interesante al árbol. También he descubierto el nebari que tenía oculto, que también le da algo de caché y le he dado una ligera rotación para exhibir mejor el tronco.


Sólo lleva algo menos de un mes trasplantada, y ya está densificando estupendamente. Os pongo la foto de cómo se encuentra a día de hoy.





En resumidas cuentas y concluyendo. Si os compráis una serissa para experimentar, compraos la primera, lo más barata posible y si no se os muere......dad el paso, jeje.

Un abrazo
May Martínez


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